Nuestra Historia: Una Tradición Familiar en Cada Barra.

Desde 1935, hemos horneado con pasión. Descubre nuestro viaje desde un pequeño horno de leña hasta ser el corazón panadero de Telde.

Los Fundadores: Un Legado en Construcción

Esta historia tiene como protagonistas a Don Manuel Peña Benítez y Doña Susana Muñoz, una pareja con el empuje necesario para empezar de cero y construir una oportunidad para las futuras generaciones de su familia. El cimiento de todo fue el padre de Don Manuel, Miguel Peña, un panadero de la zona de Valsequillo, concretamente de "Era de Mota". Fue él quien, con su oficio, sembró la semilla de un legado que comenzaría a florecer en el año 1935.

Imagen de Don Manuel Peña y Doña Susana Muñoz

De la Necesidad, Nace la Oportunidad

En ese mismo 1935, la vida llevó a nuestros protagonistas a trasladarse a Telde, una ciudad que prometía nuevas posibilidades. Don Manuel consiguió un trabajo como encargado en un almacén de tomates, pero su sustento dependía de la cosecha, y al terminar la zafra, se encontraban de nuevo buscando una solución. Fue en ese momento de incertidumbre cuando la creatividad de Doña Susana se manifestó: propuso crear un obrador de pan. Era la idea perfecta, ya que la panadería no está sujeta a las temporadas y siempre ha sido un pilar fundamental en la mesa de las familias.

La Panadería del Pueblo: Un Corazón Generoso

Con el obrador en marcha, el negocio no tardó en prosperar. La clientela, formada por vecinos que valoraban la calidad y el sabor del pan artesanal, empezó a crecer de manera constante. Pero lo que realmente cimentó su lugar en la comunidad fue el espíritu altruista de Doña Susana. Durante la Guerra Civil Española, ella donaba pan a quienes más lo necesitaban, sin esperar nada a cambio. Gracias a esta bondad, la panadería se ganó su primer nombre: "Panadería de Susanita", un apodo que perduró en la memoria colectiva del barrio.

Foto de la familia Faycanes.

Un Relevo de Generaciones y Nuevos Horizontes

En 1966, el legado continuó tras el fallecimiento de Doña Susana. Don Manuel rebautizó el negocio como "Panadería Manolito" y, junto a su hijo Miguel Peña, siguió expandiendo la empresa. Tras la muerte de Don Manuel en 1981, Miguel tomó las riendas y lo renombró "Panadería Miguelito". Con el apoyo de sus propios hijos, llevó la empresa a una nueva etapa. Finalmente, en 1993, Don Miguel se jubiló. Su esposa, Angélica Rodríguez, junto a sus hijos Miguel Ángel, Manuel, Francisco y Angélica Peña, asumieron la dirección, estableciendo "Panadería Faycanes S.L.". Así, con cada cambio de nombre, el legado de los fundadores ha continuado, manteniendo viva su esencia y tradición.